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Artesanías copiadas (1975-1979)

1975-1979

Como estaba todavía sumergida en ese negro período dominado por La Duda, obviamente también duda de la posibilidad de crear (creo que no creo)
Solo puede entonces  copiar t.e.x.t.u.a.l.m.e.n.t.e  lo que otros habían ya hecho.   Y es así como pasa horas sacando imágenes de las revistas y  pintando florcitas, ramitas, rulitos  sobre camisas de lienzo  o cajitas de madera que luego vende en las ferias artesanales.
Esto sucede ya en el taller de Alcides Martínez Portillo en Belgrano, Buenos Aires.
El le presta los materiales, le da ánimos y empujoncitos en cada tímido paso.
Le consigue y le monta  una muestra en librería Atlántida, Bs As. , 1979
Pero sus dibujos tienen pequeños relieves de grumos de pintura, cola seca y poxilina.  Esos sutiles grumos de materia son la futura escultura. Aumentan su tamaño más y más. Ya la cajita queda adentro, mínima, una excusa casi.
Descubre el placer del volumen.
Alcides la empuja, por no decir que la obliga a ir a un taller de escultura.
Respira hondo,  hace de tripas corazón y se anota en un taller de escultura .
(“Qué vergüenza, allí son todos artistas!…con solo verme se van a dar cuenta que yo soy solo una boba!”, le susurra su viejo y querido miedo al oído)