
Fotografía: Enrique Abal Oliú
De la circularidad impredecible
El origen de la obra de Verónica Artagaveytia se enmarca en la apoyatura cosmogónica del acceso al conocimiento, navega entre siluetas apolíneas y pulsiones dionisíacas. Este trabajo nos enfrenta e invita a contemplar la circularidad impredecible de la vida misma.
De su reciente y larga investigación en las dimensiones de la escultura y la intervención, surgió el proyecto Habaeva presentado en el Museo Nacional de Artes Visuales, en donde un conjunto de piezas se extendía en las instalaciones interiores y exteriores del espacio museográfico. Proceso de trabajo que llevó a que su obra alcanzara un cambio de escala y de manejo de las esculturas mayor al de sus piezas anteriores, accediendo de esta forma a un nivel conceptual y estético desafiante y provocativo.
La muestra que diseña en esta oportunidad para el espacio de exhibición de la fundación Atchugarry, propone un recorrido particular, que se define en cuatro tópicos, uno aéreo en donde se desplazan en el espacio tres espirales de grandes proporciones que por contracción o distención de su propia forma se insertan en la sala con una presencia contundente. Se trata de piezas a gran escala, que la artista diseña con distintos metales trabajando sus texturas para alterar lo especular del propio metal.
Un segundo tópico es el que interviene el espacio y se presenta como transversal a la muestra, con piezas realizadas por fundición de metales que la artista transforma de manera casi alquímica en obras ancestrales y cuasi arqueológicas. Son poderosas y míticas figuras de mujer que, como guerreras, cortan el espacio y afirman su presencia, tal es el caso de la pieza Damadaga, de impoluta resolución y enigmática forma.
El tercer tópico de esta muestra parte de la bidimensionalidad del cuadrado a partir de la cual la artista aborda la tercera dimensión con espirales que alcanzan una nueva síntesis estética.
Finalmente, el cuarto plano de este recorrido cierra la muestraa través de un conjunto de dibujos que son el origen que construye la esencia de su escultura, mujer-ave y mujer de un solo trazo. Es allí donde Artagaveytia da rienda suelta a su conocimiento sobre la Naturaleza y toma caminos que lejos de la linealidad se derraman para convertirse en esculturas que modifican la mirada. Estos dibujos funcionan como síntesis dialéctica del devenir de la artista de su trabajo en el plano y en las múltiples dimensiones de sus ideas y reflexiones acerca del cuerpo como dispositivo, que vive en función de la experiencia sensorial plena.
Estos tópicos llevan al espectador a un recorrido iniciático a través del meditado proceso que la artista le imprime a un material tan resistente hasta volverlo gestual, nos muestra la batalla por germinar que la naturaleza siempre enfrenta, una espiral permanente.
Jacqueline Lacasa
Curadora